Por Laura Molina y Marisol Orta
Con el objetivo de recuperar los vestigios del asentamiento arqueológico ubicado a un lado del extinto Río de San Buenaventura, en la Delegación Tlalpan, los jóvenes de la práctica Recuperación de Espacios Públicos y Rescate de Medio Ambiental que ofrece el Instituto de la Juventud del D.F. (INJUVE), entre otros, acudieron al pueblo de Santo Tomás de Ajusco en la Ciudad de México, a realizar limpieza ambiental del lugar y los alrededores.
“Este acto es muy significativo”, comentó el arqueólogo del lugar, “porque una vez que el espacio que rodea a la pirámide se encuentre limpio, será posible ambientar éste para la recreación cultural de los habitantes de los alrededores”.
La pirámide se construyó a partir de la obtención de agua del Río de San Buenaventura por parte de los antiguos Tepanecas de la zona, lo que la hace excepcional pues hasta hoy, en la Zona Sur del D.F. es la única que se ha conservado a pesar de que su construcción está basada en piedras y lodo. Las medidas de este vestigio son de 30 x 20 metros cuadrados y 15 metros de altura aproximadamente.
Su valor histórico radica en que la zona arqueológica es un bien de la nación cimentado desde hace más de 700 años; es por ello que hay personas e instituciones comprometidas a velar por mantener el buen estado del lugar. Aunque no existe un sistema de recolección de basura por parte de las autoridades ni un programa de educación ambiental, lo cual es muy grave porque no sólo daña el vestigio arqueológico, sino que también perjudica a los lugareños, los habitantes le han depositado al lugar una connotación mágica al relatar que probablemente ahí esté enterrado el tesoro de Cuauhtémoc.
Hace algunos años la gente del pueblo acudía al río a lavar su ropa, incluso, el río marca el límite geográfico del pueblo mencionado. Además, dicha zona es volcánica y rumbo a la pirámide se encuentra ceniza volcánica del Xitle, la cual es posible encontrar en el área del Pedregal y Ciudad Universitaria.
Es por esto que desde hace cuatro años se han realizado actividades de limpieza y mantenimiento del lugar, aunque las complicaciones naturales no se han hecho esperar. Por ejemplo, por causa del viento y las lluvias se vino abajo una cerca que protegía el lugar y los restos de dos pirámides que hubo alrededor de la ya mencionada, pues hay gente dedicada a escarbar clandestinamente para robarse los monolitos.
Cabe destacar la labor de los miembros del INJUVE ya que no sólo dieron mantenimiento a la pirámide, también escalaron el Cerro de la Cruz del Marqués o Pico del Águila con la finalidad recoger basura y desperdicios que se encontraban en el camino. Se espera que regresen al pueblo de Santo Tomás Ajusco a continuar con el trabajo que han comenzado en Mayo y Septiembre.
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